Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío, fue un poeta
nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española.
Con una dichosa facilidad para el ritmo y la rima creció Rubén Darío en
medio de turbulentas desavenencias familiares, tutelado por solícitos parientes
y dibujando con palabras en su fuero interno sueños exóticos, memorables
heroísmos y tempestades sublimes. Pero ya en su época toda esa parafernalia de
prestigiosos tópicos románticos comenzaba a desgastarse y se ofrecía a la
imaginación de los poetas como las armas inútiles que se conservan en una
panoplia de terciopelo ajado.
Casi por azar nació Rubén en una pequeña ciudad nicaragüense llamada
Metapa, pero al mes de su alumbramiento pasó a residir a León, donde su madre,
Rosa Sarmiento, y su padre, Manuel García,
No obstante, el pequeño Rubén volvió pronto a León y pasó a residir con
los tíos de su madre, Bernarda Sarmiento y su marido, el coronel Félix Ramírez,
los cuales habían perdido recientemente una niña y lo acogieron como sus
verdaderos padres. Muy de tarde en tarde vio Rubén a Rosa Sarmiento, a quien
desconocía, y poco más o menos a Manuel, por quien siempre sintió desapego,
hasta el punto de que el incipiente poeta firmaba sus primeros trabajos
escolares como Félix Rubén Ramírez. Antes de cumplir quince años, cuando los
designios de su corazón se orientaron irresistiblemente hacia la esbelta
muchacha de ojos verdes llamada Rosario Emelina Murillo, en el catálogo de sus
pasiones había anotado a una "lejana prima, rubia, bastante bella. En
1916, al poco de regresar a su Nicaragua natal, Rubén Darío falleció, y la
noticia llenó de tristeza a la comunidad intelectual hispanoparlante.
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