
José de Espronceda
Tras recobrar la libertad, regresó a Madrid, pero los acontecimientos políticos del país lo impulsaron a marchar al extranjero. Partió hacia Gibraltar, y de allí pasó a Lisboa, de donde fue expulsado, por lo que hubo de refugiarse en Londres, por aquel entonces punto de reunión de los liberales españoles, en cuyas reuniones participó. En Londres conoció a Teresa Mancha, con quien mantuvo una accidentada relación sentimental. Informado de los acontecimientos revolucionarios que se producían en julio de 1830 en París, allí acudió para participar y, poco después, formó parte de la frustrada expedición liberal del coronel Chapalangarra que intentó entrar en España.
Durante su ausencia de Londres, su antigua amante, Teresa, había contraído matrimonio con un comerciante, por lo que ambos decidieron fugarse juntos. Tras otra breve estancia en París, en 1833 regresaron a España, donde Espronceda ingresó en el cuerpo de la Guardia Real. Sus inquietudes políticas, sin embargo, le valieron un destierro en Cuéllar, en 1834, y posteriormente el traslado a Badajoz. También debió esconderse tras la llegada al poder de Toreno, contra cuyo gobierno se rebeló.
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